El aborto está asociado a problemas mentales

 

Nuevo estudio danés descubre que las mujeres que abortan voluntariamente están más predispuestas a buscar ayuda psiquiátrica

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No Más Silencio y Theresa Burke rebaten las incongruencias del nuevo estudio danés

27 de enero de 2011. - Los líderes de la Campaña de No Más Silencio y la autora del libro Mujeres Silenciadas, la Dra. Theresa Burke, han rebatido el nuevo estudio publicado en el New England Journal of Medicine indicando la ausencia de problemas de salud mental después de un aborto.

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Estudio: Impacto psicológico negativo del aborto como resultado del “circuitos permanentes” en el cerebro femenino

NUEVA YORK, 21 de septiembre de 2010 – “Las mujeres tienen circuitos permanentes para las relaciones, y la relación de una mujer con su bebé es una de las más poderosas de todas, tanto si se da cuenta de ello o no. Los circuitos permanentes podría explicar muchas perturbaciones de la mujeres respecto a los sentimientos post-abortos”, escriben Evelyn Birge Vitz y Paul C. Vitz en un artículo publicado el 20 de septiembre en la revista Public Discourse.

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Un estudio que desacredita el vínculo entre el aborto y la depresión en las adolescentes está errado, señala un perito

NEW YORK, 27 de septiembre de 2010 ( Notifam ) –  Un estudio del Instituto Guttmacher en que se concluyó que las adolescentes no sufren daño psicológico debido al aborto, y que saltó a los titulares de las noticias en los periódicos principales de hoy, está minado por “muchos problemas” en su metodología, según un perito en el campo.

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Los abortos tardíos están asociados a problemas psicológicos

Elliot Institute, Springfield, IL, 27 de agosto de 2010 – Un estudio de mujeres que se efectuaron abortos ha encontrado que las mujeres sometidas a abortos tardíos afrontan mayores riesgos psicológicos, son más propensas a ser ambivalente acerca de efectuarse un aborto y son más propensas a necesitar ayuda psicológica.

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Un estudio del British Journal of Psychiatry revela que las mujeres que tienen un aborto corren un riesgo mayor de desarrollar problemas mentales

Los efectos secundarios del aborto
El debate se hace más agudo

ROMA, domingo, 14 diciembre 2008 ( ZENIT.org ).- El aborto y la vida han sido uno de los temas calientes en estas últimas elecciones en Estados Unidos. Y, a juzagar por las últimas noticias, el tema seguirá estando en el centro de atención.

El 30 de noviembre, el Medical News Today publicaba un resumen del estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Otago, Nueva Zelanda. El estudio se basaba en la investigación de un grupo de más de 534 mujeres nacidas en la ciudad de Christchurch, al sur del país.

Las mujeres fueron entrevistadas seis veces entre los 15 y los 30 años. Además de preguntas sobre sus embarazos y abortos, también se les dio cada vez asistencia sobre salud mental. En el grupo hubo un total de 686 embarazos, de 284 mujeres, antes de que alcanzaran los 30 años de edad. De estos hubo 153 abortos, que implicaron a 117 mujeres.

Los investigadores encontraron que las mujeres que habían abortado sufrían un 30% más de problemas mentales que las demás mujeres.

No obstante, el estudio concluía que los efectos del aborto son sólo responsables de un efecto moderado en la salud mental de las mujeres. Según los investigadores, el estudio no apoya la conclusión de que el aborto tiene un efecto "devastador" sobre la salud mental de las mujeres, pero rechazan claramente la postura proabortista de que el aborto no tiene ningún efecto nocivo. "El aborto es probable que sea un acontecimiento estresante y traumático en la vida que coloca a los expuestos a él en un riesgo modestamente creciente de problemas comunes de salud mental", concluían los autores.

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Un estudio neozelandés revela que el 42% las mujeres que han abortado antes de los 25 años han sufrido depresiones

18-01-2006

Según un estudio neozelandés publicado en el "Journal of Child Psychology and Psychiatry"(1), cuando una mujer joven aborta incrementa significativamente el riesgo de padecer problemas mentales. Según los investigadores, el 42% de las mujeres que se habían sometido a un aborto antes de los 25 años experimentaron una depresión en los cuatro años siguientes.

El estudio está dirigido por David Fergusson, psicólogo y epidemiólogo. Los datos del estudio están tomados del seguimiento de una cohorte de 1.265 niños desde que nacieron en Christchurch (Nueva Zelanda) en 1977. Los investigadores comprobaron que el 41% de las mujeres que permanecían en la cohorte habían quedado embarazadas antes de cumplir 25 años y que el 14,6% habían abortado.

Aquellas que habían abortado tenían una tasa significativamente mayor de problemas mentales. Esa tasa del 42% de depresiones casi duplica la de las mujeres de la misma edad que nunca han estado embarazadas y es un 35% más que las que decidieron seguir adelante con el embarazo. Otros problemas detectados, aparte de la depresión, son ansiedad, tendencia suicidas y abuso de alcohol o drogas.

Fergusson, que se declara ateo y partidario del aborto, dice que él ha sido el primer sorprendido por los resultados, pero que hubiera sido una grave "irresponsabilidad científica" no publicarlos, a pesar de que pudieran provocar controversia. "Por hacer un paralelismo, si hubiéramos descubierto un efecto secundario negativo de un medicamento, tendríamos la obligación ética de publicarlo", dice. No obstante, no ha sido fácil: "Tuvimos que acudir a cuatro publicaciones, lo cual es insólito pues normalmente aceptan nuestros estudios a la primera", afirma el profesor ("The New Zealand Herald", 5-01-2006).

Al parecer, es frecuente que los investigadores que trabajan en la relación entre aborto y salud mental tengan una perspectiva favorable a la vida y sean acusados de llegar a conclusiones basadas en "pruebas poco sólidas o en sus creencias religiosas". "Nadie puede acusarme de eso –dice Fergusson–; estoy a favor del aborto pero es probable que haya revelado unos datos que favorezcan la perspectiva pro-vida. No actúo al dictado de intereses ideológicos: hago lo científicamente posible con un problema difícil".

El equipo reconoce que no esperaban encontrar ninguna relación entre aborto y enfermedades mentales, pero ha sido al revés. Si no han esquivado el fuego de las críticas ha sido porque la salud de la mujer está en juego. "Es escandaloso que la operación quirúrgica que se realiza en una de cada diez mujeres esté tan poco estudiada y evaluada", afirma Fergusson.

Una de las críticas al estudio es que no es totalmente concluyente. Esto irrita al profesor: "Nada en la ciencia es totalmente concluyente: es acumulativo. Nuestro estudio demuestra una fuerte relación entre someterse a un aborto y padecer una enfermedad mental", concluye. Fergusson mantiene que los resultados no pueden discutirse alegando que esas mujeres tenían ya problemas mentales. "Sabíamos qué personas tenían esos problemas antes de que estuvieran embarazadas. Hemos tenido en cuenta su contexto social, educación, etnia, la salud mental previa, el haber sufrido abusos sexuales y otros factores". El estudio continuará el próximo año, para averiguar más detalles sobre la influencia del aborto.

En Nueva Zelanda se realizaron 18.211 abortos en 2004, el 98% por riesgo de la salud mental de la mujer. Pero el estudio ahora publicado pone en cuestión precisamente que el aborto pueda mejorar la salud mental. Un paso más en el razonamiento del profesor le lleva a que la idea de que el embarazo puede provocar riesgo para la salud mental está "basada en conjeturas". Nadie ha examinado la relación entre coste y beneficios. "Si la legislación se basa en razones sanitarias, se debe estudiar más a las mujeres que han abortado", termina.

(1) "Journal of Child Psychology and Psychiatry", volume 47, nº 1, Enero 2006, pp. 16-24.

http://www.aceprensa.com/art.cgi?articulo=12193

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Aumenta el riesgo de hospitalización psiquiátrica tras el aborto                  

¿Es el aborto una experiencia benigna para las mujeres? O puede contribuir a tener problemas emocionales, incluso graves? La Asociación Americana de Psicología (APA), que siempre ha apoyado el derecho al aborto, ha insistido a menudo en que el aborto es una experiencia benigna que predominantemente alivia a la mayoría de las mujeres. Algunos miembros de la APA han llegado a acusar de mentirosos a los que hablan de los traumas emocionales del aborto. Argumentaban que el aborto es tan corriente que si causara problemas emocionales, los psiquiátricos del país estarían llenos de pruebas de ello.

Ahora, un nuevo estudio publicado en el Canadian Medical Association Journal (CMAJ) en el 2003 muestra que esas pruebas sí existen. Una revisión de los informes médicos de 56.741 pacientes de Medicaid de California reveló que las mujeres que habían abortado tenían 2’6 veces más probabilidades que las que habían dado a luz de ser ingresadas en un psiquiátrico en los 90 días siguientes al aborto o parto.

La psicosis depresiva fue el diagnóstico más frecuente. Los índices de tratamiento psiquiátrico se mantuvieron significativamente más altos durante al menos cuatro años. Un estudio anterior de los mismos autores reveló que las mujeres que abortaban tenían también mayor probabilidad de necesitar tratamiento psiquiátrico ambulatorio posterior.

Según el autor principal  del estudio del CMAJ, David Reardon Ph.D., una queja frecuente de las participantes en programas de recuperación post-aborto es que cuando hablaban del tema de sus abortos anteriores en busca de ayuda psicológica, sus terapeutas no le daban ninguna importancia al aborto.

"Los terapeutas que defienden la teoría de que ‘el aborto es una experiencia benigna’ ya sea por ignorancia o por ideología política, están haciendo un flaco servicio a las mujeres que necesitan ayuda y comprensión”, afirma Reardon. “Este estudio, basado en informes médicos objetivos, valida la existencia de decenas de miles de mujeres en programas de terapia post-aborto.”

Los editores de CMAJ, intentando ofrecer un punto de vista contrario, invitaron a la Dra. Brenda Major (abortista) a comentar el estudio en el mismo número de la revista. Major calificó el estudio de Reardon de “chapucero” y “absurdo”, a lo que Reardon respondió que el método que usó era exactamente el mismo usado por uno de los co-autores de Major, el Dr. Henry David, en un análisis similar de datos de Dinamarca, realizado en 1981, y que se limitaba a 90 días. David halló la misma tendencia hacia un mayor número de ingresos psiquiátricos entre las mujeres que habían abortado.

"Major no ha criticado nunca el trabajo de David”, dijo Reardon, “pero tal vez sea porque éste es un defensor del aborto y un colega que ha colaborado con ella en descartar la importancia de sus propios hallazgos. Prueba de ello es que David no hizo ningún seguimiento de su propio trabajo. Ahora Major y otros nos critican por hacer lo que ellos mismos deberían haber hecho cuando encontraron pruebas de índices más altos de ingresos psiquiátricos después de un aborto, hace veinte años. No creo que lleguen a aceptar nunca ningún resultado que vaya en contra de sus prejuicios.”

Citas:
Reardon DC, Cougle JR, Rue VM, Shuping MW, Coleman PK, Ney PG.
Psychiatric admissions of low income women following abortion and childbirth.  Can Med Assoc J.  CMAJ 2003; 168(10):1253-7. 

Este estudio puede consultarse en : www.afterabortion/news.

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Estudios en España
 

    Según un estudio de la Fundación Iberdrola et al., en su Proyecto Esperi de Investigación presentado en abril del 2004, cerca de 700.000 adolescentes españoles sufren trastornos del comportamiento, lo que supone entre el 8 y el 10% de este colectivo. El 80% de los casos están sin diagnosticar. Más aún, según la OMS, estos índices están aumentando en los países industrializados. En España se estima que en los próximos  años estas cifras lleguen hasta el 14-21 por ciento. Estos trastornos aparecen a veces ligados a conductas de riesgo tales como el abuso de alcohol y drogas y la promiscuidad juvenil. El aborto afecta también a una población de 800.000 mujeres españolas y potencialmente a otros tantos hombres. Considerando que la sintomatología del SPA coicide en muchos aspectos con los  trastornos identificados, tenemos motivos para creer que el aborto constituye uno de los factores de riesgo en esta tendencia psicopatológica juvenil.

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Encuesta del Instituto Elliot

A continuación pueden ver una lista parcial de síntomas tomada de una encuesta a 260 mujeres que habían abortado, una media de 10’6 años antes de ser entrevistadas. Estas mujeres eran voluntarias que habían solicitado terapia post-aborto, habían hecho terapia p-o en el pasado o habían acudido a un centro de ayuda a la embarazada para llevar a término un embarazo posterior a su aborto.

39%

Trastornos alimentarios que comenzaron después del aborto
(comer compulsivamente, anorexia o bulimia) 

92%

Atonía emocional  
(Falta de sensibilidad emocional o necesidad de ahogar las emociones)

86%

Mayor tendencia a los ataques de ira  
(48% afirmaron reaccionar violentamente al enfadarse) 

86% 

Tenían miedo de que otros se enteraran de su aborto o sentían un miedo generalizado y difuso

82%

Mayor sensación de soledad y aislamiento

75% 

Tenían menos autoestima

73%

 Trastornos sexuales
(Más dolor durante la relación. Promiscuidad, frigidez o pérdida del placer)

63%

 Negación
(Se preguntó a las encuestadas si había habido un periodo de tiempo en el que habrían negado la existencia de dudas o sentimientos negativos acerca de su aborto. Entre las que respondieron afirmativamente (63%), el tiempo medio de negación fue de 5’25 años.)

58%

Sufrieron insomnio o pesadillas

57%

Mayor dificultad en conservar o iniciar relaciones amorosas

56%

Sentimientos suicidas

53%

Iniciaron o aumentaron el consumo de drogas o alcohol

28%

Intentos suicidas

        Para más información sobre este estudio, ver www.afterabortion.org/Survey2.htm