Las adolescentes integran mejor un bebé no deseado que un aborto

Un estudio norteamericano revela que las adolescentes que abortan son más proclives a sufrir problemas de salud mental, comparadas con las que dan a luz un bebé no deseado.

Springfield, IL (10 de Agosto 2006) -- Las adolescentes que abortan por embarazos no deseados son cinco veces más propensas a buscar ayuda psicológica posterior debido a problemas psicológicos y emocionales, comparadas con sus compañeras que llevan a término sus embarazos no deseados, según un nuevo estudio representativo a nivel nacional publicado en el Journal of Youth and Adolescence (Revista de Juventud y Adolescencia) .

La Dra. Priscilla Coleman, una psicóloga investigadora de la Universidad Bowling Green State, también descubrió que las adolescentes que abortan son también más de tres veces más propensas a sufrir problemas de insomnio con posterioridad, y nueve veces más inclinadas al consumo de marihuana. Los resultados fueron recogidos después de examinar otras 17 variables de control, como la historia de salud mental anterior y factores familiares, que podrían también influir la salud mental a posteriori. 

Los datos han sido obtenidos de un estudio longitudinal financiado con fondos federales hecho sobre adolescentes de todo Estados Unidos que participaron en dos series de entrevistas en 1995 y 1996. Alrededor del 76% de las chicas que abortaron y el 80% de las que dieron a luz tenían entre 15 y 19 años en el momento del estudio, siendo las demás más jóvenes.

El investigador Dr. David Reardon, que ha colaborado en más de una docena de estudios examinando las consecuancias psicológicas del aborto, ha dicho que el estudio de Coleman es especialmente importante porque analiza el grado de "deseabilidad" de un embarazo, además de un gran número de otras variables de control. 

"Durante los últimos seis años, hay numerosos estudios que han evidenciado de manera concluyente que se asocian al aborto un mayor número de enfermedades mentales y problemas de conducta comparado con los embarazos a término", dice Reardon. "Pero los defensores del aborto han rechazado generalmente estas conclusiones, insistiendo en que aunque a las mujeres que abortan puede irles peor que a las que dan a luz niños deseados, probablemente les va mejor que al importante subgrupo de mujeres que llevan embarazos no deseados a término. El estudio Coleman se encarga también de este asunto y demuestra que los hechos no justifican las especulaciones de los pro-abortistas.

Según el Instituto Alan Guttmacher, que hace un seguimiento de las estadísticas de aborto de todo Estados Unidos, cerca de una cuarta parte de los abortos que tienen lugar cada año se practican en chicas de menos de 20 años. Estudios anteriores han demostrado que las pacientes más jóvenes sometidas a un aborto pueden ser más propensas a experimentar dificultades tras el mismo que las pacientes de más edad, tal vez porque tienen más probabilidades de ser presionadas a abortos no deseados o a abortar en una fase más tardía del embarazo, lo que conlleva un mayor riesgo físico y emocional.

Una encuesta de 2004 realizada entre mujeres americanas y rusas publicada en el  Medical Science Monitor (Monitor de la Ciencia Médica) revelaba que un 64% de las mujeres americanas se habían sentido presionadas a abortar. Coleman dice que para el grupo de las adolescentes, la presión probablemente proviene del hecho de que a menudo son percibidas como menos preparadas para ser madres y a que el aborto con frecuencia es visto por su círculo cercano como la mejor alternativa.

"Cuando las mujeres se sienten forzadas a abortar por otros o por circunstancias de la vida, las consecuencias negativas post-aborto son más frecuentes", escribe. "Las adolescentes están generalmente mucho menos preparadas para asumir la responsabilidad de la maternidad y son lógicamente víctimas de presiones para abortar".

Coleman señala que, si bien tener un niño siendo adolescente puede ser problemático, "los riesgos de abortar parecen ser incluso más pronunciados". Otros estudios que comparan las consecuencias del aborto con las del parto en casos de embarazos no deseados muestran que hay tasas más altas de depresión clínica, ansiedad y abuso de drogas entre las mueres que abortan, mientras que los estudios que no sólo analizaron embarazos no deseados también muestran que las mujeres que abortaron tienen un mayor riesgo de conductas suicidas, problemas psiquiátricos, síntomas de estrés post-traumático y problemas de insomnio, que están a menudo relacionados con traumas.

Si bien los estudios anteriores han sido frecuentemente criticados por tener carencias metodológicas, los estudios realizados en los últimos años han sido diseñados para resolver estos problemas y han sido sometidos a un intenso escrutinio por parte de colegas antes de su publicación, añade.

"La evidencia científica es ahora fuerte y concluyente" dice Coleman. "El aborto supone un riesgo mayor para las mujeres que dar a luz".

Reardon, que dirige el  Instituto Elliot de Springfield, IL , también dice que contrariamente a la largamente mantenida asunción de que dichos problemas están relacionados con problemas de salud mental preexistentes al aborto, un estudio a gran escala realizado en Nueva Zelanda el año pasado ha demostrado que no es ese el caso.

"La teoría estandar ha sido que las mujeres que tienen problemas tras el aborto ya eran probablemente mentalmente inestables y por tanto más propensas a que les fuera peor si continuaban con el embarazo" dice. "Los investigadores de Nueva Zelanda pensaron que su estudio confirmaría esta teoría, por lo que controlaron específicamente los problemas mentales preexistentes. Lo que descubrieron fue sin embargo que las mujeres que eran mentalmente estables antes del aborto eran aún más propensas a experimentar problemas de salud mental tras el aborto".

Aunque la tasa de embarazo entre las adolescentes americanas ha bajado marcadamente durante las pasadas décadas, Estados Unidos todavía tiene el porcentaje más alto entre los países desarrollados de embarazos y nacimientos entre adolescentes.

En su estudio, Coleman ha destacado la necesidad de más investigación en este campo.  Destaca que mientras que "cientos de miles" de adolescentes sufren un embarazo no deseado cada año, su estudio es uno de los pocos que comparan las consecuencias de abortar con las de llevar el embarazo a término, y ha evidenciado peores consecuencias asociadas con el aborto.

Reardon suscribe la recomendación de fomentar la investigación, así como la necesidad de que tanto los profesionales médicos como de salud mental sean instruidos sobre los riesgos del aborto para que puedan proporcionar a las mujeres y adolescentes información actualizada sobre los riesgos físicos y psicológicos que conlleva la práctica.  

"Las evidencias que están apareciendo demuestran que el aborto tiene consecuencias negativas para muchas mujeres, independientemente de si el embarazo fue planificado o deseado", dice Reardon. "Lo que desde luego no ha demostrado nunca ni un sólo estudio son beneficios estadísticamente significativos asociados al aborto en comparación con el parto. Para maximizar la salud de las mujeres y su bienestar, la evidencia científica demuestra incontestablemente que el parto es preferible al aborto".

Fuente:

Priscilla K. Coleman, "Resolution of Unwanted Pregnancy During Adolescence Through Abortion Versus Childbirth: Individual and Family Predictors and Psychological Consequences," Journal of Youth and Adolescence (2006).

Estudios adicionales:

VM Rue et. al., " Induced abortion and traumatic stress: A preliminary comparison of American and Russian women ," Medical Science Monitor 10(10): SR5-16 (2004).

David M. Fergusson, et. al., " Abortion in young women and subsequent mental health ," Journal of Child Psychology and Psychiatry 47(1): 16-24 (2006).

Madres adolescentes

Un estudio presentado en el Congreso anual de la Asociación Norteamericana de Psicología (APS) en junio del 2000, por investigadores de la Universidad de Albany, Nueva York, revela que las adolescentes que dan a luz a sus hijos tienen un mejor ajuste psicosocial que las adolescentes que no habían tenido hijos. En comparación con sus coetáneas sin hijos, las madres adolescentes del estudio sufrían menos trastornos mentales, menos stress, menos tendencia a usar mecanismos de defensa de represión y negación, eran menos dependientes de la aprobación social y en general manifestaban obtener más satisfacción del apoyo que recibían.

 

Aborto o parto de embarazos no-deseados

Un nuevo estudio presentado en el Congreso anual de la Asociación Norteamericana de Psicología (APS) celebrado en junio del 2000 en Miami Beach, Florida, reveló que las mujeres que habían abortado tenían un mayor riesgo de sufrir trastornos mentales en los años siguientes. El estudio examinó a mujeres californianas, beneficiarias del sistema de salud estatal, que habían abortado o dado a luz en el año 1989. Los investigadores examinaron sus informes médicos de los seis años siguientes y hallaron que las mujeres que habían abortado tenían el doble de probabilidad de requerir  entre dos y nueve tratamientos por salud mental que las mujeres que habían dado a luz.  

Según los autores, la Dra. Priscilla Coleman, profesora de Psicología de la Universidad del Sur y el Dr. David Reardon, director del Instituto Elliot y pionero en el estudio del Síndrome Post-aborto: “los datos presentados en este estudio sugieren que en comparación con el parto, el aborto está asociado a un riesgo significativamente mayor de trastornos psicológicos entre mujeres de bajos ingresos.” El estudio eliminó problemas metodológicos tales como muestras pequeñas y periodo de tiempo reducido del estudio. “La mayoría de los demás estudios han hecho un seguimiento de pocos meses”, afirma Reardon. “Sin embargo, en muchas mujeres, los problemas no empiezan a aparecer hasta un año después del aborto, cuando se cumple el aniversario del aborto o el que hubiera sido el cumpleaños del niño. Al examinar un periodo de tiempo más largo, este estudio revela con más claridad la relación entre el aborto y los trastornos mentales subsiguientes.”

“Estos dos estudios contradicen claramente la idea de que el aborto beneficia a las mujeres en general y a las adolescentes en particular” afirmó Reardon. “Dar a luz a un hijo es una experiencia que produce madurez. Por el contrario, el aborto aumenta el riesgo de problemas psicológicos, entre ellos seis veces más probabilidades de abuso de alcohol y drogas, como han revelado estudios anteriores”.